jueves, 24 de febrero de 2011

¿ES USTED UN(A) IDIOTA?

Los antiguos griegos eran hombres públicos o idiotas.
Un momento, dirá usted, ¡cómo va a insultar de sea manera a quien decide vivir en la privacidad, alejado del foro, del protagonismo de la plaza pública! El que no quiere figurar está en su derecho de aislarse, guardarse en la intimidad y no por eso puede ser llamado idiota.  Para los antiguos griegos, la palabra idiota era una palabra sin la connotación peyorativa que tiene hoy. Veamos  el ejemplo, los vándalos no eran más que una tribu germana, como los godos o los visigodos, pero hoy el vándalo es un delincuente. Asi que idiota no era más que eso: una persona privada.
El valor peyorativo de la palabra idiota comenzó a aparecer en el uso que le daban a este vocablo los romanos, pues al hablar de los idiotas, incluían dentro de su inventario a los excéntricos, haraños, excesivamente introvertidos. Y, poco a poco la denominación de idiota se limitó a esos especímenes no sólo asociales sino francamente raros.
En gramática, se llama idiotismo a la forma rara, extraña, rebuscada poco fluida, ultracorrecta de expresarse. Frases como mas sin embargo...un vaso con agua...hay conmigo 10 personas son idiotismos clásicos y forman parte del acervo popular.
Fernando Corripio advierte en su Diccionario de Dudas e Incorrecciones que nada tiene que ver con el idiotismo gramatical con la idiotez. En cambio Seco, en el suyo, sugiere que los dos conceptos están definitivasmente emparentados.

El novelista ruso Fiódor  Dostoieuski escribió entre 1867 y 1871 la historia del principe Myshkin, hombre lleno de generosidad, que confía en sus semejantes y quiere llever a todos al perdón. Myshkin fracasa en sus intentos, porque la gente no es como él lo supone, sino que actúa llevada por el egoísmo y esclavizada por el dios dinero. Este relato de Dostoieuski se llama El idiota.   Según el profesor José Fernando Sánchez, de la Universidad Complutense, hay una clarísima afinidad entre este idiota y el Quijote. Ambos son sublimes pero ridículos.
Lenin denuncio a los idiotas útiles y su expresión ha hecho carrera en el mundo político . El idiota útil es quien ingenuamente sirve a la causa enenemiga.
Y, finalmente Plinio Apuleyo Mandoza, Carlos Alberto Montaner y Mario Vargas Llosa, hacen su aporte a la evolución del término inventado hace veinticinco siglos por los griegos, al definirlo en su libro Manual del perfecto idiota latinoamericano.
                                                                                     Tomado del El tiempo, 29 de abril de 2005.

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